A medida que niñas y niños comienzan a crecer y desarrollarse, llega un momento en el que deben abandonar la seguridad de la cuna y pasar a una cama más adecuada para su tamaño.

La transición de cuna a cama es un hito relevante en el crecimiento de nuestra hijas e hijos. A medida que comienzan a crecer y desarrollarse, llega un momento en el que deben abandonar la seguridad de la cuna y pasar a una cama más grande y acorde a su tamaño. 

Y para que te prepares para ese momento, en este artículo exploraremos cuándo y cómo hacer esta transición, así como evaluar las opciones de camas individuales y camarotes en caso de que tengas una familia con dos o más hijos.

Cuándo considerar la transición de cuna a cama

Pediatras y expertos en la materia coinciden en que no existe un momento perfecto para este gran cambio, ya que cada niña o niño lleva su propio ritmo de desarrollo. Sin embargo, coinciden en que la edad ideal para hacerlo está entre los dos y tres años, puesto que comienzan a sentirse más preparados para enfrentar la transición, son más independientes y pueden comprender instrucciones básicas de seguridad.

Además de la edad, también podemos considerar algunas acciones que demuestran que tu hija o hijo puede estar listo para pasar de la cuna a la cama. Una señal podría ser por ejemplo, intentar salir por su cuenta de la cuna, saber bajarse de un sofá o de una cama de manera segura, o simplemente demostrar interés por dormir en una cama.

Otro factor a tener en cuenta es cuando los padres comienzan a experimentar dificultades para dormir. Es fundamental reconocer la importancia de que ellos también puedan disfrutar de un descanso reparador, ya que esto les permite enfrentar las responsabilidades diarias de forma positiva. Si te encuentras en esta situación, puede ser el momento adecuado para iniciar la transición. 

Pero, ¿cómo hacer la transición de cuna a cama? 4 consejos útiles

La transición de cuna a cama puede ser un proceso gradual o repentino, dependiendo de la personalidad y la actitud que tu hija o hijo vaya adoptando durante el proceso. Aquí hay algunos consejos para hacer esta transición más fácil y exitosa:

• Prepárala/o emocionalmente: Tómate un tiempo para introducir este cambio con anticipación. Explícale que es suficientemente grande para dormir sola o solo y que tú estarás cerca para brindarle apoyo y seguridad. Hazla/o parte de las compras y la decoración de su nuevo espacio, así tomará parte activa del proceso.

• Elige la cama adecuada: Se recomienda que su primera cama sea de 1 o 1.5 plazas, ya que es lo suficientemente grande para brindar comodidad y seguridad. A la hora de escoger una, presta especial atención a su altura, asegurándote de que pueda subir y bajar con facilidad. Así disminuirá el riesgo de caídas. 

• Haz que su dormitorio sea un lugar acogedor: Para que tu hija o hijo se sienta cómodo y disfrute pasar tiempo en su propia habitación, considera incluir cosas que sean de su agrado y que reflejen su personalidad. Puedes armar una estación de juegos y entretenimiento, o también incluir juegos educativos que estimulen su imaginación.
• Incluye muebles funcionales: Además de la cama, puedes considerar incluir otros muebles que faciliten tareas y que te ayuden a aprovechar el espacio disponible. Con una cómoda podrás organizar ropa y artículos personales, mientras que un velador será ideal para colocar una lámpara de noche y objetos que desee tener a mano. 

Asimismo, si tu hija o hijo se encuentra en etapa escolar, es crucial que tengan un espacio dedicado al estudio y las tareas. Organizarlo es muy simple, sólo debes incluir una mesita, una silla y los materiales necesarios, como lápices, papeles y cuadernos. Y no te olvides de que este espacio tenga una buena iluminación, esto facilitará la concentración.

Otras consideraciones para familias con dos o más

Para quienes tienen más de un hijo, la opción perfecta para esta transición puede ser un camarote. Estos muebles ofrecen la posibilidad de tener una cama inferior y una superior y, además de ahorrar espacio, permiten aprovechar al máximo el espacio vertical disponible, brindando a cada quien su propia área de descanso y, a la vez, permitiendo el compartir entre hermanos. 

Como recomendación, al elegir un camarote prioriza la seguridad. Asegúrate que la opción que estés escogiendo sea firme y estable, con una escalera segura, idealmente con agarres antideslizantes y barandas de protección en la cama superior para evitar caídas accidentales.

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